La miseria humana es un problema que afecta a millones de personas en todo el mundo y está intrínsecamente relacionado con la falta de acciones efectivas para combatir la pobreza y la desigualdad. Para promover el desarrollo sostenible y garantizar la dignidad humana, es esencial que se implementen medidas efectivas para erradicar la pobreza y todas las formas de desigualdad.
Acciones como: apoyo, promoción, defensa y asistencia a familias y comunidades en riesgo son fundamentales para garantizar la inclusión social y económica de los más vulnerables. A Fundación Oakpar Considera que es necesario crear programas de asistencia social y económica, con el objetivo de proporcionar a las personas acceso a recursos básicos, como trabajo digno, vivienda, alimentación, salud y educación.
El desarrollo humano y social es un proceso continuo que tiene como objetivo asegurar la mejora de la calidad de vida de las personas y la plena realización de su potencial. Con el objetivo de mitigar el sufrimiento de las poblaciones necesitadas y miserables, la Fundación Oakpar tiene como objetivo crear oportunidades para que estas personas se desarrollen plena y continuamente, garantizando la inclusión económica y social de quienes viven al margen de la sociedad. Entendemos que también es necesario desarrollar programas permanentes que promuevan la igualdad de oportunidades y la justicia social, asegurando que todos tengan acceso a los mismos derechos y oportunidades.
A Fundación Oakpar considera esencial que todos los esfuerzos se dirijan a combatir la pobreza y la desigualdad, promover la justicia social y la inclusión de todos los ciudadanos que se encuentran en condiciones de marginalidad social y económica.
Según un informe publicado por el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), en todo el mundo hay más de mil millones de personas que viven en barrios marginales y alrededor de 1.800 millones de personas viven en condiciones de vivienda precarias, en las calles o en refugios inadecuados. Estos datos se vieron gravemente empeorados por la pandemia de COVID-19, que exacerbó la crisis inmobiliaria y exacerbó la desigualdad social.
La falta de vivienda adecuada tiene impactos negativos en las personas, las familias y la sociedad, en los ámbitos económico, social y ambiental. Entre los impactos sociales y económicos destacan la exposición a problemas de salud, la falta de acceso a servicios básicos y de seguridad, así como el acceso limitado a la educación, el empleo y los ingresos. La falta de vivienda adecuada también puede limitar la productividad de los trabajadores y la capacidad de las empresas para atraer y retener talento, implicando costos adicionales para la sociedad en términos de servicios médicos, seguridad y asistencia social. La falta de vivienda adecuada también afecta al medio ambiente, lo que puede dar lugar a prácticas de construcción y uso de energía insostenibles, además de generar residuos y contaminación.
A Fundación Oakpar considera esencial abordar la crisis mundial de la vivienda de manera integral y priorizar políticas e inversiones que tengan como objetivo garantizar que todas las personas tengan acceso a una vivienda adecuada y de fácil acceso. Estas acciones son cruciales para mejorar la calidad de vida de las personas, reducir la desigualdad social y económica y promover un desarrollo más sostenible y equitativo.
De acuerdo a Naciones Unidas, el saneamiento es un derecho humano considerado separadamente del derecho al agua potable. Informes de OMS/UNICEF Señalamos que, lamentablemente, alrededor de 4 500 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a un saneamiento seguro y adecuado, 2 300 millones no disponen de retretes básicos y más de 600 millones de personas comparten instalaciones sanitarias con otras familias. Además, se estima que 785 millones de personas en todo el mundo todavía no tienen acceso a fuentes mejoradas de agua potable. La falta de acceso a estas estructuras tiene un impacto directo en el derecho a la vida, la salud y la educación, y afecta negativamente al individuo, la familia y la sociedad en términos económicos, sociales y ambientales.
Dignidad humana y bienestar social, basados en el acceso a viviendas seguras y sostenibles, con completas infraestructuras y equipamiento urbano para uso público, educación, salud, ocio y similares.
El programa mi primera casa tiene como objetivo subsidiar el acceso a la primera vivienda a familias al margen de la dignidad, en situación de riesgo y/o vulnerabilidad personal o social, especialmente aquellas ubicadas en regiones con grandes densidades urbanas y bajo índice de desarrollo humano – IDH.
La falta de un saneamiento adecuado también puede provocar la propagación de enfermedades infecciosas, como el cólera y la diarrea, así como otras enfermedades relacionadas con el agua. Esto puede provocar una caída de la productividad en el trabajo y la escuela, así como un aumento de los costes sanitarios. La falta de saneamiento también está relacionada con la contaminación del suelo y del agua, afectando negativamente al medio ambiente.
A Fundación Oakpar cree que es posible cambiar esta realidad. Esto requiere proporcionar acceso a servicios sanitarios y agua potable adecuados para todas las personas, lo que no sólo mejorará la salud y el bienestar, sino que también ayudará a reducir la pobreza y la desigualdad social de miles de ciudadanos en todo el mundo. La implementación de programas de inversión en proyectos de saneamiento básico modernos y eficientes es necesaria para solucionar estos problemas y mejorar las condiciones de vida de estos millones de seres humanos que viven en condiciones indignas.
Pensando en garantizar una vida digna a miles de personas, la Fundación Oakpar cree que es necesario invertir en programas de infraestructuras que tengan en cuenta las necesidades de las poblaciones más desatendidas. También consideramos esencial promover la educación en higiene y salud y asegurar la participación de las comunidades locales en la planificación e implementación de estos proyectos, con el fin de satisfacer sus necesidades y prioridades.
el proyecto de Agua Verde pretende hacer mucho más que llevar el saneamiento a la gente. Pretende, ante todo, transformar la vida de los seres humanos, aumentando la disponibilidad de agua a 100% de nuestras comunidades en zonas de alto riesgo hídrico para 2025, yendo de la mano con las metas del Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 de la ONU: garantizar la universalidad. y acceso equitativo al agua potable y al saneamiento básico para todos de aquí a 2030.
Defensa y alivio de poblaciones aisladas que carecen de acceso a tratamiento de aguas residuales y agua potable, mediante la implementación de baños ecológicos y la captación y almacenamiento de aguas subterráneas, aptas para consumo humano y riego.
El programa Agua verde Transformará la realidad de miles de vidas afligidas y devastadas por la falta de saneamiento, ayudando a familias y comunidades en situaciones de riesgo y pobreza extrema, que casi invariablemente necesitan caminar kilómetros en busca de agua, muchas veces no apta para el consumo humano. Garantizará el acceso a sanitarios seguros y adecuados y al agua potable.
Según las Naciones Unidas (ONU), casi 760 millones de personas en todo el mundo viven bajo restricciones de acceso a la electricidad, y alrededor de 2.600 millones de personas no tienen acceso a métodos de cocción ecológicos. La falta de electricidad y el uso de métodos de cocción contaminantes tienen importantes impactos negativos en las personas, familias y sociedades en riesgo y en extrema pobreza, afectando su bienestar económico, social y ambiental.
La pobreza energética limita las oportunidades de desarrollo económico y social, ya que sin electricidad las personas no pueden utilizar equipos básicos como lámparas, televisores, refrigeradores, computadoras, entre otros. Esto restringe el acceso a la información y la educación, limitando la posibilidad de obtener empleo y desarrollar negocios.
La falta de acceso a métodos de cocción respetuosos con el medio ambiente, como cocinas de gas o eléctricas, también plantea un problema importante para la salud pública y ambiental. El uso de combustibles sólidos como madera, carbón y estiércol de animales en cocinas abiertas genera altos niveles de contaminación del aire dentro de los hogares, lo que provoca enfermedades respiratorias que pueden ser mortales, especialmente para mujeres y niños.
La energía limpia es una clave importante para combatir la pobreza energética y el cambio climático. La transición hacia fuentes de energía limpias y renovables proporciona acceso a la electricidad y a métodos de cocción seguros y respetuosos con el medio ambiente para quienes no tienen acceso a ellos, y promueve la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero, responsables del calentamiento global y el cambio climático.
Apoyo y defensa de poblaciones aisladas y sin asistencia energética, basado en la electrificación descentralizada de viviendas, a través de sistemas integrados de generación y almacenamiento de energía eléctrica.
El programa Iluminar Su propósito es brindar a las familias y comunidades acceso a la generación de su propia energía, a partir de fuentes limpias y renovables, permitiendo iluminación, refrigeración de alimentos y cocina ecológica.
Informe de Naciones Unidas señala que aproximadamente 1.300 millones de personas en todo el mundo viven en la pobreza, de los cuales 711 millones viven en la pobreza extrema.
La generación de trabajo e ingresos es un tema importante para combatir la pobreza y sus impactos negativos en la sociedad, como se destaca en varios informes de la ONU. Crear nuevas oportunidades de empleo y mejorar las condiciones laborales puede ayudar a reducir la pobreza al brindar a los trabajadores acceso a recursos básicos como agua potable, alimentos, educación y atención médica. Además, generar trabajo e ingresos puede ayudar a aumentar la productividad y la movilidad social, rompiendo el círculo vicioso de la pobreza.
La falta de acceso a la educación y a oportunidades puede llevar a la marginación de comunidades enteras, aumentando la desigualdad social y creando tensiones sociales. Por otro lado, la generación de trabajo e ingresos puede ayudar a crear una sociedad más justa y cohesionada. A Fundación Oakpar cree que ofrecer a las personas oportunidades de empleo e ingresos también puede tener efectos positivos en la cohesión social y garantizar una vida digna.
Apoyo y promoción de poblaciones aisladas y desatendidas con trabajo e ingresos dignos, mediante el fomento del aprendizaje, la producción y la comercialización de productos artesanales, que valoren la creación de empleo, la sostenibilidad y la economía circular.
El programa Artesanías Verdes Transformará la realidad de miles de vidas aquejadas por la falta de oportunidades e ingresos para su subsistencia, al incentivar el aprendizaje, la producción y la comercialización de productos artesanales, elaborados con materiales reciclados y de la propia naturaleza.